sábado, 28 de mayo de 2016

An (2015) - Hemos nacido en este mundo para verlo,.. y para escucharlo


Fecha estelar: -306594.5
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Intentamos llevar una vida intachable,
pero a veces estamos sometidos a la estupidez del mundo.
Y, en ocasiones, tenemos que usar nuestro ingenio.



An (Una pastelería en Tokio, 2015)
Dir. Naomi Kawase


Hay películas buenas, películas pasables y películas malas, pero siempre desde un punto de vista individual. Siempre es así. De entre las buenas películas, muchas de ellas, la gran mayoría, consiguen entretener o captar el interés a través de una buena historia y de una buena dirección que ha sabido llevar la película por el buen camino. Pero son películas buenas para el momento presente, durante el mismo instante en que las estás disfrutando porque dos días después casi las tienes olvidadas. Sin embargo también hay películas, solo unas pocas, que te dejan poso, que perduran durante bastante tiempo en tu recuerdo. Son esas películas que incluso cuando ha pasado bastante tiempo después de haberlas visto, recuerdas su motivo principal.

En mi caso, estas pocas películas son en general muy minimalistas en cuanto a la historia, aunque lo cierto es que esa sencillez es solo aparente. Podría citar a bote pronto películas tan dispares en su temática como “Okuribito” (2008) de Yojiro Takita o “Dersu Uzala” (1975) de Akira Kurosawa, pasando por “El camino a casa” (1999) de Zhang Yimou o “Nadie sabe” (2004) de Hirokazu Koreeda. Son películas que pese a la sencillez aparente que muestran, se hacen inolvidables porque consiguen captar y hacerte llegar la importancia de lo sencillo y lo cotidiano, de aquello que todos los días miras de reojo, que es la vida que está pasando por delante de ti pero que no tienes tiempo de contemplar hoy. Eres consciente de que lo estás dejando para mañana.



“An”, aquí titulada “Una pastelería en Tokio” es una de estas películas. La responsable es la directora japonesa Naomi Kawase, de la que solo había podido ver hasta ahora su anterior film, “Aguas tranquilas” (2014), una película bastante pareja a esta última. “Aguas tranquilas” tiene varias escenas, sobre todo una, impresionante. La filmación de la agonía y la muerte impactan como no recuerdo haber visto en ninguna en otra película, admirable y asombrosa.


Al igual que un manga de Jiro Taniguchi, “Una pastelería de Tokio” es en muchos momentos una película contemplativa. No es la película que pretende mostrar el tráiler. En ese sentido puede ser que mucha gente se sienta estafada pues no es una simple película con un tono de comedia bonita sobre una pastelería de dorayakis. Ésa es la excusa.
Con el ritmo pausado, necesario para meditar propiamente qué es lo que está o puede estar ocurriendo, es una película sobre la desazón, el desasosiego, la intranquilidad y la tristeza en que se encuentran tres personas y en la lección de vida y la influencia que va ejercer una de ellas. Tenemos aquí de nuevo algo muy presente en todas las culturas y especialmente enraizado en muchas películas japonesas como es la veneración por la sabiduría y las tradiciones, que aquí se nos muestra a través de la persona más vitalista de las tres, que es precisamente la que más sufre y la que más próxima está al final natural de su propia existencia. Y lo más difícil de todo esto es saber mostrarlo sin caer en el sentimentalismo extremo o en la necesidad de explicar todo y en todo momento, para que la mente del espectador trabaje poco. Y éste es el gran mérito de esta directora. El único pero que se le puede poner es que lo que se consigue plenamente con Tokue (extraordinaria Kirin Kiki en su papel de anciana), sólo se consigue a medias con Sentaro y muy poco con la chica, Wakana. Principalmente por falta de desarrollo de su historia, que se queda muy coja. Pero claro, esto habría alargado más la película que ya de por sí, seguro, muchos tacharán de larga y lenta.


Arigatou gozaimasu, Naomi Kawase
No es fácil acceder a este cine. “Una pastelería en Tokio” ha sido una excepción por ser una coproducción entre Japón, Francia y Alemania y, también, por su presencia en festivales. En cualquier caso, al asunto de poder ver más obras de la filmografía de Naomi Kawase hay que ponerle remedio.







¿Sabe, jefe?
Hemos nacido en este mundo para verlo,.., y para escucharlo.
No importa en qué nos convirtamos, no hace falta ser alguien en la vida.
Cada uno de nosotros le da sentido a la vida de los demás.


Trailer




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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.




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miércoles, 25 de mayo de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 27)

Fecha estelar: -306601.6
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Películas reseñadas:
- Enemy (2013)
- Capitán América: el soldado de invierno (2014)
- Confession of murder (2012)
- Zootrópolis (2016)


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Enemy (2013).
Dir. Denis Villeneuve

Mi interés por esta película surge cuando se da a conocer que Denis Villeneuve será el director de la secuela de Blade Runner, película que tengo en un altar. Si nos fijamos en las películas anterior y posterior a ésta del mismo director, Prisioneros (2013) y Sicario (2015), la verdad es que hay cierta tranquilidad, Villeneuve es un director muy solvente. Si nos fijamos en Enemy, asaltan las dudas.
Y no es precisamente porque la película esté mal rodada, sino porque resulta una película excesivamente criptica y claramente inconclusa. Últimamente no han sido pocas las películas que se han realizado que, como la que nos ocupa, en realidad cuentan una historia relativamente sencilla pero que, convenientemente troceada, bien revueltos los trozos, bien barajados y con alguna trampa, se vuelve finalmente excesivamente compleja. La influencia de Memento (2000) de Christopher Nolan aún perdura.
Y no crean que, particularmente, haya pillado la historia a la primera. Que va a ser que no. Ha sido necesario recurrir a explicaciones a posteriori de otros espectadores más despiertos que, evidentemente, han valorado mucho mejor la película. Seguro que un segundo visionado ahora permitiría ver la película de otra manera. Pero claro, una vez conocida la historia de forma lineal, se pueden reconocer a posteriori los esfuerzos de Villeneuve por dar un aire de misterio a su realización (visiones incluidas) que es necesario para que la historia deslavazada pueda mantener al espectador intrigado y atento. Supongo que también la fotografía pasada por un filtro sepia de la ciudad de Toronto tiene el mismo propósito. Una ciudad que es mostrada como casi vacía, más misteriosa con mucho cemento y arquitectura. Aquí me recuerda a Gattaca (1997) de Andrew Niccol. Pero Villeneuve fuerza mucho la situación respecto de la forma de proceder, poco racional, de los personajes. Aquí está la trampa, los personajes no pueden ir más allá en sus acciones porque entonces todo se revelaría muy pronto. El caso es que, para mí, no se revela nada ni al final.

5/10 - Pasable



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Capitán América: el soldado de invierno (2014).
Dir. Anthony Russo, Joe Russo

Comentar en primer lugar que es muy entendible que todas estas películas de superhéroes, principalmente las de Marvel, tengan una legión de seguidores encantados de ver en acción y con buenos efectos especiales a los superhéroes que de siempre han seguido en comics. Pero, no es mi caso. El mío es considerar esta película como lo que es, un blockbuster encaminado a llenar salas de cine, a entretener y a ganarse a las nuevas generaciones para regocijo del negocio presente y futuro.
Ahora bien, ¿Cómo no lector de comics de superhéroes, me llega a entretener?
Pues la verdad es que no.
A pesar de que trago muy a regañadientes el ver escenas de acción imposibles, por muy superhéroes que sean, que no todos lo son, pero da igual, lo cierto es que todas estas películas de la Marvel siguen unos códigos preestablecidos y no se salen ni un ápice del camino. Y claro, esto hace a estas películas muy predecibles: superhéroes buenos que no mueren nunca, infalibles al final, peleas asépticas sin sangre (quizás alguna mancha), malos con un ejército de inútiles disparando (peores, mucho peores que los stormtrooper de Star Wars) y que solo están ahí para las hostias que convenientemente van a recibir, a recibir por la tía jamona de turno, peleas tremebundas que casi siempre finalizan con un chiste malo o un chascarrillo, etc, etc, etc.
Realizar escenas de acción con tanta coreografía y que no cante solo se puede conseguir con el montaje. No se atreven los directores a rodar una pelea en unos pocos planos porque entonces se verían las costuras por todos lados. La única solución que encuentran es hacer el “montaje frenético” de las escenas, que casi no ves nada, todo se disimula y la escena “tiene ritmo”. Pero, para mí, esto hace que cualquier escena de acción la vea con la misma emoción con la que afronto una mañana de lunes. Vamos, que me da igual porque me sé el resultado final de la pelea, resultado que solo depende del tramo de la película en que esté. Y ya ni siquiera los efectos especiales consiguen sorprender, no por malos, sino por hartazgo de ver lo mismo en todas estas películas cortadas por el mismo patrón.
Si al menos hubiera un guion con algo de interés…, pero esto es Marvel-Disney. Que me perdonen los que estén metidos en la guerra entre los dos mundos de superhéroes, pero lo que arriesgan las películas de superhéroes de DC, con más o menos acierto en el resultado final pero, con diferencia, mucho más interesantes. Hasta ahora.

4/10 - Regular



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Confession of Murder (2012).
Dir. Jeong Byeong-gil

Una película que en sus magníficos 10 minutos iniciales te hace pensar que vas a entrar en el terreno del buen thriller surcoreano, de hecho el director se guarda el título del film hasta ese momento, pero que finalmente te lleva por unos derroteros del todo inesperados.
La persecución inicial entre el policía y el asesino, rodada por callejones y con una lluvia incesante es, con diferencia, lo mejor del film. Perfectamente planificada, iluminada, con encuadres perfectos, movimientos de cámara originales (véase, por ejemplo, por debajo de los coches), y las peleas cuerpo a cuerpo características de este tipo de cine, la película consigue con creces captar tu atención. Pero lo que parece prometer con este inicio da un giro excesivo en el resto de película.
Se plantea una situación excesivamente kafkiana, con una clara crítica a los medios de comunicación actuales y el lavado de cara que se hace en la televisión a personajes del todo despreciables (realmente, si me pongo a pensar, la situación que se plantea es demasiado extrema, pero estos días asistimos por estos lares a lavados de pasado de personajes igualmente despreciables, luego la situación no se aleja tanto de la realidad).

El caso es que la película se torna pretendidamente excesiva. Excesiva en todo, desde las persecuciones imposibles, a resoluciones de la historia con giros y giros (alguna trampilla que esconde) a cuál de ellos más increíble. Ahora bien, si todo esto en general podía llevar a que la película fuera un truño considerable, no es este el caso. Principalmente porque se le da un tono de comedia que te saca algunas carcajadas y porque está todo tan bien rodado y con un ritmo tan endiablado que, pase lo que pase, te entretiene.
Por otra parte, hay detalles, momentos en la película, en los que el thriller puro y el drama asoman durante unos minutos, momentos tan bien llevados que te hacen ver la gran película que se podría haber rodado si todo el tono de la misma hubiera ido por ese camino.
6/10 - Interesante



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Zootrópolis (2016).
Dir. Byron Howard, Rich Moore, Jared Bush

No hay sorpresas, es otra película de la Disney. Es un producto encaminado al público de todas las edades y, por tanto, debe seguir unos estándares ya establecidos en estas películas. Es lo que tiene el negocio pero es una pena. Disney, en el terreno de la animación, nunca arriesga, no se atreve con productos animados encaminados a edades más adultas. Nunca lo ha hecho excepto, quizás, en sus primeras películas y en alguna que otra feliz adaptación de un cuento ya escrito. Pero entonces, … si sé perfectamente lo que voy a ver, ¿por qué acudo siempre por aquí?, … Quizás con la esperanza de que algún director haya realizado un producto algo diferente, que haya conseguido zafarse del yugo de la productora.
El caso es que en esta película todo transcurre por los lugares previsibles, establecidos por las cuatro o cinco etapas que debe pasar la protagonista a lo largo de la historia. Entre tanto, como espectador adulto, que es lo que toca, te vas tragando las manipulaciones de siempre, el “buenismo” de todo el mundo incluido el de los hipotéticos malos, los grandes valores que deben triunfar frente a viento y marea. Puke rainbow. El colmo en este caso, el discurso de la aceptación y la integración de todos en un mundo de yupi que se mantiene frente a viento y marea, frente a la propia naturaleza de los seres, me lleva a pensar personalmente en la realidad que se esconde: la dictadura que ejerce “lo políticamente correcto”, la opresión de un grupo de animales que se supone que han evolucionado hacia el lado bueno, que tienen que reprimir su violencia innata para poder estar en una sociedad utópica con conejitas adorables. El caso es, ¿qué comen? ¿Palomitas? ¿Carne de animal sacrificado sin violencia? ¿Todos son veganos? ¿Soylen rojo o soylen amarillo? Cosas mías, de mente retorcida.
Pero bueno, es el precio que debes pagar, es lo que debes tragar. Lo que ocurre es que el trago pasa gracias a que estas películas se realizan con buen ritmo y, sobre todo, a lo entretenido de lo accesorio, a lo que ocurre por detrás de la manida historia principal, a las continuas referencias cinéfilas y de la cultura pop que están puestas convenientemente para que luego podamos leer en las reseñas que es un producto con seres encantadores para los niños y con puntos oscuros y muchas referencias para el disfrute de los mayores. Y el trago también se pasa porque es un producto calculado que invierte millonadas, 150 millones de dólares en este caso. Si con este pastón la calidad técnica del producto no estuviera rayando el sobresaliente, entonces apaga y nos vamos.
Una cosa sí que es inobjetable: la cuestión musical. Michael Giacchino no defrauda y pasa por ser un valor más que seguro en todo lo que hace. Otra cosa es Shakira. Ese es otro mal trago que tienes que pasar.
5/10 - Pasable



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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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miércoles, 18 de mayo de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 26)

Fecha estelar: -306621.4
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Películas reseñadas:
- El fugitivo (1947)
- Tanin no kao (El rostro ajeno, 1966)
- Black Mass (2015)
- Rams (El valle de los carneros, 2015)


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El fugitivo (1947).
Dir. John Ford

John Ford dirigió a lo largo de su vida más de 140 películas, muchas de ellas mudas y, por tanto, bastante inaccesibles a día de hoy. Ahora bien, de sus películas realizadas después de 1939 (Corazones indomables y El joven Lincoln) sí que es posible poder ver casi toda su filmografía y puedo decir, por mi parte, que ésta es una de las más extrañas películas del director. Principalmente por su temática, que al menos a día de hoy me parece una apología del sacerdocio. Y ello a pesar de que la base de la historia que se cuenta fue real, la persecución de sacerdotes en algunos estados de Méjico en la década de los años 30 del siglo pasado. La película se basa en la novela de Grahan Greene “El poder y la gloria”. El caso es que en este aspecto la película no ha envejecido nada bien. Principalmente por el tono excesivo respecto a la idea de sacralizar la imagen del sacerdote. Todo lo contrario de lo que le ocurre a una película muy parecida y que no envejece, de Luis Buñuel, Nazarín (1959).
A pesar de todo, es una película de John Ford con un poderío visual increíble en la utilización y el encuadre en blanco y negro. Una película muy expresionista. Sobre todo por la utilización del claroscuro en una película con un alto contraste entre las escenas en la calle y las escenas de interior donde no hay prácticamente luz. A pesar de que hay encuadres que están para el ensalzamiento de la idea del film, hay también muchas escenas poderosas, como aquella donde Pedro Armendáriz habla con Henry Fonda en una celda casi sin luz, donde la cara de Armendáriz casi no se ve y solo le brillan las pupilas, que casi da terror.

7/10 - Buena



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Tanin no kao (El rostro ajeno, 1966).
Dir. Hiroshi Teshigahara

Dos años después de que Teshigahara realizara la que es, en mi opinión, su obra maestra “La mujer de la arena” (1964), Teshigahara sigue con sus complejas visiones de la realidad. En este caso con el tema de la identidad propia, la utilización de la doble identidad y la tendencia que nos puede dar hacia acciones de moralidad discutible. Porque, aunque la película suele catalogarse como ciencia ficción, la realidad es que el cambio de rostro no es más que un macguffin. Teshigahara nos ofrece dos visiones, dos historias y dos derivas diferentes sobre el mismo asunto.
Hay momentos en los que la película se ralentiza en exceso. Ciertamente pudiera ser que la historia de la chica y su hermano no sea necesaria pues contribuye a esa ralentización. Por otra parte, esto es habitual en el cine japonés y Teshigahara no puede evitar su espíritu transgresor para con esta historia de la chica que, aunque no lo pueda parecer, sí que tiene finalmente un tratamiento mucho más amable que la historia principal.
Ahora bien, es en la historia principal donde Teshigahara despliega todo su poderío visual. Aunque la película se puede hacer kafkiana, pesada por su tono excesivamente discursivo, el resultado en su aspecto visual es de lo más sobresaliente. Y, claro está, aquí el responsable es el director que es capaz de perturbarte, hacerte alucinar, dudar si estás viendo algo real, alegórico, o si estás dentro de la mente del protagonista cuando pasas por ese laboratorio. También es de alabar lo bien resuelto que está todo el asunto del cambio de rostro, tanto que Teshigahara no tiene reparos en acercar la cámara hasta mismamente la piel de las personas, que no deja de ser el fetiche aquí.
En definitiva, el cine de Hiroshi Teshigahara es cine diferente, a reivindicar.
7/10 - Buena



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Black Mass (2015)
Dir. Scott Cooper

El material de partida es la historia verdadera de la relación entre el FBI y la mafia irlandesa dirigida por Whitey Bulger, desde mediados de los setenta y durante los años ochenta. Con esta historia, a partir de la novela que narra los hechos, el director Scott Cooper ha realizado una película sin alma alguna, que transcurre monótona, lenta y previsible, como el andar del zombi que quiere atrapar a su víctima. El poco interés se centra finalmente en, si no conoces la historia real, llegar al final para leer las típicas frases que informan sobre cómo acabó cada personaje real y su situación actual.
Los problemas de Black Mass son, al menos, dos. El primero, la poca personalidad del director que simplemente se ha visto Infiltrados (2006) y alguna película más de Scorsese y pretende imitarle, pero sin acercarse, siquiera, a la suela de sus zapatos. Scott Cooper da aquí un paso atrás respecto de su anterior y buena película Out of the Furnace (2013).
Pero el segundo problema es peor. ¿Puede cargarse una calva postiza y unas lentillas azul claro una película? Pues sí.
Por lo visto Johnny Depp en su intento de no hacer siempre la misma película (que es lo que estaba haciendo con Tim Burton y con la saga de piratas y sudedáneos) necesita esconderse tras unos kilos de maquillaje y la inexpresividad que da la pupila inmóvil de unas lentillas postizas. Pero no lo consigue, no se puede esconder. En la mayoría de las escenas, la visión hipnótica del actor así caracterizado hace que no prestes atención a nada de lo que dice, vamos que te saca de la película.
5/10 - Pasable



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Rams (El valle de los carneros, 2015).
Dir. Grímur Hákonarson

Interesante película islandesa, aunque excesivamente minimalista. Es la historia de dos hermanos que no se hablan desde hace 40 años pero que tienen que compartir la finca familiar separados por tan solo una valla. La cuestión es cómo van a llevar su relación cuando se decreta una epidemia ovina en la zona.
Lo interesante de la película, aparte de querer saber hasta dónde van a llevar los protagonistas su relación, es el tono semi-documental donde se muestra cómo se desarrolla la vida cotidiana en un lugar tan inhóspito y desconocido como es el norte de Islandia. Por otra parte, desde luego, es una película sobre la soledad aceptada, más bien resignada. Todos estos aspectos tienen un desarrollo más que interesante porque, ante una historia tan “simple”, hay mucho tiempo para escenas pausadas y planos contemplativos que, siendo de un mundo cuasi desconocido, resultan interesantes.
Ahora bien, este tono tan excesivamente minimalista, quizás pretendidamente profundo para su presentación a festivales de cine (esta película en concreto ganó el concurso en Cannes en el año 2015), hace que una historia más que interesante se quede, en mi punto de vista, muy corta. Porque una historia así contada puede quedar muy bien para ganar un festival y para que el espectador medite sobre lo que está por venir y que no se cuenta, pero a mí me deja una sensación de quedar a medio camino. Y no es por que precise de mayores explicaciones, sino porque la película consigue abrir la curiosidad por saber más, al menos algo del pasado de los dos protagonistas y algo más del futuro de los dos hermanos y de los carneros, que parece que nadie se acuerda de ellos.

6/10 - Interesante




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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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martes, 10 de mayo de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 25)

Fecha estelar: -306642.7
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Películas reseñadas:
- En el corazón del mar (2015)
- El gran silencio (1968)
- Spotlight (2015)
- Criminal Designer (2014)


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En el corazón del mar (2015)
Dir.: Ron Howard.

Siempre se agradece una película de aventuras en su sentido más puro y más si es una producción cuidada en todos sus aspectos como lo es esta película de Ron Howard. En su aspecto técnico, dadas las dificultades del CGI para con las cosas del agua, la verdad es que el resultado no canta demasiado y es muy aceptable.
El caso es que como película de aventuras lo es, pero solo su primera parte. A pesar de que sea una parte que cumple con la previsibilidad, dado su parecido con Moby Dick, es lo mejor del film. Porque, tras un importante hecho, la película da un cambio de aventura a supervivencia en la que creo que el director se queda a medio camino. No estaba la historia, tan bien perfilada e interesante en su primera parte, para este cambio. De pronto casi que empieza una película nueva, se aparca todo, que queda como inacabado, y ya no queda tiempo para redondear la nueva situación. Por otra parte, la historia está contada a modo de sucesivos flasbacks que no hacen sino perjudicar el ritmo.
Bien es cierto que el director se ha sujetado a los hechos reales que tuvieron lugar (la epopeya del ballenero Essex) y que supuestamente sirvieron a Herman Melville para escribir su magna obra. Quizás por esto la primera parte es tan parecida a la novela de Melville, pero el error es dejar las cosas a medio.
En cualquier caso es una buena película de aventuras que en algún momento recuerda a obras magnas como El hidalgo de los mares (1951) de Raoul Walsh, o la propia Moby Dick (1956) de Jonh Huston, o, más recientemente, ese peliculón que es Master and Commander (2003) de Peter Weir.
6/10 - Interesante



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El gran silencio (1968)
Dir. Sergio Corbucci

De entre los spaghetti western más apreciables, más allá de las películas de Sergio Leone, están algunos títulos de Sergio Corbucci, entre ellos esta película, El gran silencio. Al menos esto es lo que se puede leer en muchas reseñas.
Lo cierto es que es un western muy atípico que puede llegar a ser bastante apreciable si se es capaz de superar algunos obstáculos que, dependiendo de cada uno, pueden ser insalvables. Empiezo por aquí y dejo lo bueno para el final.
Es una película rodada en italiano, un obstáculo si no se dispone de subtítulos porque el doblaje en castellano es infame. Parece que lo han doblado cuatro amigos, tres para los actores principales y uno que hace las demás voces. Y para colmo con fallos de sincronización entre el audio y la acción, sobre todo al principio de la cinta. Lo dicho, infame. Por otra parte, el montaje no es lo mejor de la película, demasiados cortes a destiempo, sobre todo en los tiroteos. Por cierto, tiroteos que cumplen con las premisas de los spaghetti western. A saber: el característico sonido del disparo, el acierto al 100 % en todos los disparos a distancias imposibles y, finalmente, la caída de la víctima con doble tirabuzón.
Si tenemos también que la historia no da mucho de sí, más allá de su sorprendente final, y también que las interpretaciones son muy olvidables, se hace difícil decir ahora que es un western interesante, pero lo es. Desde luego su influencia en Quentin Tarantino para con sus Los odiosos ocho (2015) va mucho más allá de ser simple, sobre todo en la primera parte de la película con la diligencia, el aspirante a sheriff y el caza recompensas con su botín. Por otra parte, es un western atípico por la nieve, hay mucha nieve. Corbucci rueda muy bien las escenas de movimiento en paisajes naturales, por cierto, con una fotografía espléndida (más influencias para Tarantino). La ubicación de la cámara, que sigue el recorrido de los personajes desde lo lejano a lo cercano, sin cortes y con ligeros travelling, en un paisaje tan espectacular, de lo mejor. Desde luego, cuando no hay cortes de montaje, el aspecto visual de esta película es inmejorable, lo más relevante del film.

6/10 - Interesante


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Spotlight (2015).
Dir. Thomas McCarthy.

Con un estilo más televisivo que cinematográfico, lo importante en Spotlight es la historia, el desarrollo de la misma a través de un buen guion, aunque poco valiente.
Me resulta más cercana a un episodio de la gran serie de televisión que era Lou Grant, por ello lo del tono televisivo, que a Todos los hombres del presidente (1976) de Alan J. Pakula.
Es buena película para ver los entresijos de la investigación periodística dentro del Boston Globe, pero no se atreve a ir más allá, se limita a la investigación y no penetra casi nada en el sórdido mundo que quiere denunciar.
6/10 - Interesante



 









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Criminal Designer (2014).
Dir. Kim Hong-seon

Hasta cierto punto, entretenida película de atracadores, para pasar el rato. Utiliza todos, todos los clichés del género y ni siquiera ofrece una historia con una visión más oriental del asunto (mención aparte para el excelente lacayo con nariz partida a lo Bersek que tiene uno de los personajes, claramente lo mejor del film. Pero le reservan, en mi opinión, una inmerecida-patética resolución).
Lo malo es que todo es muy previsible, no me refiero a los atracos en sí, que son tan retorcidos en su elaboración que sabes que es necesaria la posterior explicación que, ciertamente, te dan. Pero muchas cosas pasan porque sí, que ya sabemos todos que piratear una red de cámaras de vigilancia se consigue pinchando un cable de un cajetín de un callejón cualquiera con un artilugio electrónico que lleva un par de luces led. Por no mencionar la intendencia que se gastan, coches, motos, trajes, y artilugios varios que ya quisiera el bolsillo de Doraemon tener tanto gadget.
Incluso es previsible en el plan maestro que siempre estuvo en mente del listísimo de turno. Pero el caso es que todos los productos similares que últimamente hemos podido ver también (The Italian Job, Ocean’s eleven, por poner ejemplos) resultaron igual de previsibles en este aspecto.

4/10 - Regular





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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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